El entusiasmo es una fuerza motora excepcional que nos impulsa a lograr nuestros propósitos.
Imagina el entusiasmo como una gran llama. Cada que iniciamos con algo nuevo en nuestras vidas, ya sea un nuevo trabajo, un nuevo proyecto o una nueva relación de pareja, alimentamos esa llama y crece en nuestro interior, despertándonos una fuerte emoción que nos impulsa a dar lo mejor de nosotros cada día para que nuestros propósitos lleguen a final feliz. Lamentablemente conforme pasa el tiempo esa gran llama del entusiasmo se va disminuyendo, pues la llama del entusiasmo al igual que toda llama, necesita ser alimentada para que no se extinga.
Cuando la llama del entusiasmo se extingue, todo se torna más difícil, pues careces de esa fuerza motora que te motivaba a dar lo mejor de ti, a levantarte cada día feliz y creyendo en que puedes alcanzar todo lo que te propongas. El reto es mantener viva la llama del entusiasmo y que su fuego nos motive a continuar cada día, logrando nuestros sueños y disfrutando a cada momento la alegría de vivir.
¿Pero cómo lograrlo?
A continuación algunos tips que ayudaran a mantener viva en ti la llama del entusiasmo.
Nunca te rindas: Aunque aparentemente todo se ponga muy difícil NUNCA consideres el rendirte como una alternativa. Cuando sientas que la llama del entusiasmo se extingue, tómate un tiempo, busca una libreta y escribe las respuestas a estas preguntas:
¿Qué tan lejos he llegado? Realiza una lista de todas las cosas que has conseguido y de las cuales te sientes orgulloso. Seguro te sorprenderás con todo lo que has construido hasta ahora y entenderás que en tu interior tienes la fuerza suficiente para hacer muchas y mejores cosas más.
¿Qué he aprendido en el proceso? Aprovecha siempre tu experiencia. Seguramente mucho de todo lo que aprendiste cuando la llama de tu entusiasmo estaba muy viva, te resultaría útil ahora que esa flama se extingue. Eres maestro de lo que has vivido, artesano de lo que estás viviendo y aprendiz de lo que vivirás.
Entender porque razón perdiste el entusiasmo y diseñar un plan de acción: generalmente cuando se pierde la motivación es porque sabes que debes hacer algo más pero aun no sabes cómo hacerlo. Identifica las situaciones que están causando tu frustración, establece un plan de acción (pide ayuda si es necesario) y ve adelante en la búsqueda de tus objetivos, consciente que has logrado mucho y has aprendido lo suficiente para seguir avante en tu proceso.
¡Energía, empatía y entusiasmo para que todos los días sean grandes días y la llama de tu entusiasmo nunca se extinga!
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